¡Bienvenidos a esta escapada exprés!
A menudo pecamos de valorar más aquello que nos resulta lejano y exótico, a lo que tenemos a mayor alcance. Y viviendo en Aragón, tenemos la suerte de poder disfrutar de lugares con mucho encanto que a veces pasan inadvertidos para nuestros planes turísticos.
Esto nos sucedió con el Monasterio de Piedra, típico lugar que visitas de pequeño con tus padres o con el colegio y que ya no te vuelves a plantear visitar.
¡ERROR!
Asique vente! que te descubrimos (o refrescamos) este impresionante capricho de la naturaleza.
Como llegar
En nuestro caso, llegamos desde un pueblo cercano, Acered, el pueblo natal de mi padre, pero desde Zaragoza apenas tenéis una hora y veinte minutos por la A-2.
¡Un paseico!
Donde aparcar
Hay una zona gratuita habilitada fuera con muchísimas plazas, aunque os recomendamos no lavar el coche antes de ir, se os llenará de tierra si o si!
Donde comer
Tenéis bastantes opciones de restaurantes con menús económicos tanto en el monasterio como en Nuévalos, aunque nosotros decidimos comer en el mismo parque y tirar de tortilla de patata, que por cierto, no es por halagarme (que en verdad si) pero me salió estupenda.
Donde comprar las entradas
El precio de la entrada en la taquilla son 16€
El precio de la entrada online son 14,40€, pero ¡ojo! no se puede comprar el mismo día de la visita.
El resto de tarifas podéis verlas aqui, y ah! para lo que sigáis teniendo carnet joven (a nosotros se nos terminó el chollo) os hacen descuento enseñándolo en taquilla.
Visitar el monasterio
Nosotros nos decantamos por visitar primero el parque y después el monasterio.
Mapa en mano, no hay mucho espacio para la improvisación asi que seguimos las indicaciones del camino.
A cada paso, os espera una sorpresa tras otra. Un espectáculo en el que las actrices principales son las cascadas.
El momento para mi más especial es cuando nos adentramos en la gruta iris, las vistas son impresionantes.
Realizada la bajada, el interior de la gruta es un paraje digno de ver y sentir. A nosotros nos encantó, sobretodo porque íbamos preparados para no mojarnos, imprescindible llevar alguna prenda que os protega del agua si no queréis calaros.
Saliendo de este impresionante lugar, seguimos el camino bordeando infinidad de cascadas y fuentes, haciendo de nuestro día un auténtico regalo.
Nuestra próxima parada, el monasterio!
Con la entrada os entra la visita guiada, opción a la que nos unimos y os recomendamos, ya que descubrimos gran parte de la historia de este fantástico lugar con 800 años alojando vida a sus espaldas.
Los horarios de visita guiada son los siguientes, aunque también podéis hacerlo por vuestra cuenta a cualquier hora.
Por la mañana
10:30h 11:15h 12:15h 13:00h
Por la tarde
15:15h 16:15h 17:00h
La visita guiada comienza por el claustro de este monasterio del siglo XIII, a caballo entre el románico y el gótico, en la que destacan la personalidad de la orden cisterciense, sobriedad, austeridad y sencillez.
Descubrimos la sala capitular, el refectorio, calefactorio (sisi, una habitación con suelo calefactado) y su cocina en la que fueron pioneros en preparar chocolate traído desde América.
¡Sisi como lo leéis! Este monasterio fue el primer lugar Europeo en el que se cocinó chocolate, gracias a Fray Jerónimo de Aguilar quien envió el cacao junto a la receta de su elaboración, gracias a la ayuda de Hernán Cortés.
Aun conserva su cripta, en la que se han contabilizado 48 tumbas, aunque con la desamortización y saqueos apenas se conservan los huesos de una de ellas.
Quizás lo más espectacular del monasterio es la parte externa, que una vez estuvo cubierta con una cúpula, pero fue víctima de los espolios y saqueos y ahora conserva sólo las paredes, que han sido testigos de tiempos mejores.
A día de hoy el parque y monasterio son propiedad privada, y las celdas han sido reconvertidas en un espectacular hotel. Podéis cotillearlo aqui.
La iniciativa que popularizó en una novela el italiano Federico Moccia, también ha llegado al Monasterio de Piedra y muchos de los visitantes sellan su amor con candados que llenan un árbol desde el 2011.
Tras la visita del Monasterio podéis dar un paseo por el embalse de la Tranquera, o hacer como nosotros, ir en dirección a Calatayud.
Como contabamos con poco tiempo, optamos por callejear y seguir con la tradición familiar, y es que cada vez que ponemos un pie aqui, tenemos la ¨obligación¨de comprar una palmera de coco y es que Calatayud cuenta con pastelerías extraordinarias.
¡Somos unos golosos! Reconocido queda 🙂
Tenéis más info útil en su pagina web.
Me ha encantado el post, lo tendré muy en cuenta. Amo recorrer España 🌞👍
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Gracias 🙂 ya nos contarás si acabas visitándolo!
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Siii, todo queda agendado👌✨🚞
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